Es importante protegerse del sol durante todo el año, pero especialmente durante los meses de verano, que es cuando pasamos más tiempo expuestos. El sol provoca el envejecimiento de la piel, es causa de cáncer y empeora determinadas enfermedades como el lupus. La exposición solar no solo puede dar lugar a un brote cutáneo de la enfermedad, sino que también puede provocar un aumento importante de la actividad inflamatoria en pacientes con lupus.  

En la época estival, desde la campaña ‘Frena el sol, frena el lupus’ se recuerdan algunos consejos para tomar el sol con seguridad. Impulsada por FEFAC con la ayuda de las farmacias españolas, industria y distribución, ‘Frena el sol, frena el lupus’ es la única campaña de salud en España que facilita a las personas con lupus el acceso a fotoprotectores de calidad a precio reducido. Actualmente 1.048 farmacias de todo el territorio participan, dando cobertura al 57% de pacientes con lupus. Desde ‘Frena el sol, frena el lupus’ se quiere dar visibilidad a las asociaciones de pacientes y poner en valor el papel del profesional farmacéutico y sus equipos.

Regla de las nueve cucharillas de café

Desde ‘Frena el sol, frena el lupus’ se dan también consejos y recomendaciones, como la de la regla de las 9 cucharillas de café, que nos ayuda a saber la cantidad adecuada de fotoprotector a aplicar para protegernos con seguridad. La unidad de medida es la cucharilla. Hay que poner una en cada brazo, dos en cada pierna, dos en el tronco, una en la cara (y una más para la calva).

El fotoprotector debemos adquirirlo siempre en la farmacia para garantizar que es de calidad y que cumple con los requisitos de seguridad y eficacia. Solo los de venta en la farmacia garantizan la fotoestabilidad, es decir, que ese producto y las sustancias que lo componen son capaces de soportar la exposición a luz sin sufrir efectos adversos, durante dos horas.

Es básico que el fotoprotector sea de amplio espectro, es decir, que proteja frente a la radiación UVB y UVA. El Factor de Protección Solar (FPS) indica la protección frente a UVB con números del 0 al 50, es decir, dice el tiempo que podemos exponernos sin riesgo de quemarnos. Cuanto más alto, más tiempo podemos estar expuestos. Para saber si protege frente a los rayos UVA debemos ver si las siglas “UVA” están indicadas dentro de un círculo en el exterior del envase.

Consulta con tu farmacéutico

Si tenemos dudas, el farmacéutico puede ayudarnos a resolverlas. Este es el profesional indicado para ayudarnos a elegir el fotoprotector ideal para nuestra piel, en función de la edad, el uso que queramos darle y la textura que prefiramos. El farmacéutico nos orienta sobre su uso y correcta utilización, y nos recuerda los consejos a seguir para estar bien protegidos del sol. Uno de los más importantes es que hay que reaplicar la crema solar cada dos horas, al salir del agua, al sudar o secarse, y que no hay que olvidar protegerse con gafas de sol, gorra o sombrero, manteniéndonos siempre bien hidratados, bebiendo mucho líquido durante la exposición al sol.